Los pasajeros de un avión de Latam vivieron un momento tenso: la nave atravesó una fuerte tormenta de granizo y la trompa quedó destrozada. Afortunadamente, a los viajeros y a la tripulación no les pasó nada.
El meteorólogo Osvaldo Molina, del Servicio Meteorológico Nacional, y el piloto Martín Gigliotti, explicaron a LA GACETA cómo se forman estos fenómenos y cuáles pueden ser las consecuencias para un avión que atraviese una tormenta de este tipo en pleno vuelo.
Se dan en un tipo de nube llamada cumulonimbus. El centro de esa formación contiene agua; el granizo se forma alrededor, en los bordes.
"Los aviones cuentan con distintos sistemas y dispositivos para evitar el ingreso en una tormenta peligrosa. Los pilotos saben qué tormenta no presenta riesgos y cuáles sí", afirmó Giglioti.
Gigliotti agregó que los piolotos no ingresan a las tormentas, ni pondrán en riesgo a los pasajeros. Aclaró que los profesionales saben esquivarlas.
Según Gigliotti y Molina, esto es lo que puede ocurrirle a un avión en caso de atravesar alguna de estas tormentas:
1- Pueden dañarse los flaps y los slats de las alas. Son elementos que permiten estabilizar el avión en distintos momentos del vuelo, como el despegue o el aterrizaje.
2- También pueden verse afectados los alerones de las alas y de la cola, que son los encargados de darle la dirección al avión.
3- Si la nariz del avión fue golpeada por el granizo (tal como sucedió con la nave de Latam en Termas) pueden producirse daños en algunos de los instrumentos que brindan información meteorológica a los pilotos.